La garantía de salubridad, la seguridad y el aislamiento se convierten en las tres bazas más destacadas para que el turismo rural sea el primero en pensar en la vuelta como opción vacacional preferencial en temporada veraniega, una vez que finalicen las fases de desconfinamiento por la que pasa actualmente la sociedad insular. Es, sin duda, la niña bonita del sector, con una demanda creciente imparable.
Los alojamientos rurales de islas como La Palma, en un entorno natural único, se convierten en atractivo para que el turismo nacional, por ahora y una vez que se abra el espacio aéreo, se incline por el turismo vacacional. Para ello, estos alojamientos realizan ya sus primeras acciones para fomentar en breve la llegada de este tipo de turismo.
La Palma cuenta con la ventaja de ser una referencia en turismo rural, con cientos de ofertas de calidad, y las 'vacaciones rurales' son ahora la referencia de muchos españoles con ganas de recuperar la libertad de movimientos evitando las aglomeraciones. No en vano, esta oferta turística cuenta con más demanda que nunca. Ya desde este mismo mes de mayo se vende como garantía de seguridad para evitar el contagios. Las reservas en ese sentido no dejan de crecer.
Los viajeros muestran especial interés en disfrutar del aire libre, huir del bullicio y encontrarse dentro de paisajes naturales seguros para sus seres queridos. En este contexto, las reservas de alojamientos en las casas rurales crece más de un 120%, según algunas agencias del sector, desde que se inició la desescalada en el país.
