La nueva normalidad es para empresarios y autónomos valientes, para emprendedores optimistas que con sus acciones y sacrificios apuntalen la reconstrucción de una sociedad para todos. Esto, en pequeñas islas como La Palma en donde ese sacrificio empresarial es aún mayor por la merma del mercado de clientes, debe ser reconocido cuando toca. Y ahora toca.
