Cuando paseas por Aguada Fénix en Tabasco (México), “nadie sospecha lo que hay debajo”, cuenta Takeshi Inomata, investigador de la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona (Estados-Unidos) y autor del estudio que se publicó este miércoles en Nature. Los senderos de tierra y los numerosos árboles esconden una plataforma artificial maya que se extiende sobre una superficie asombrosa de unos 563.000 metros cuadrados, según las descripciones del estudio. Es la mayor y la más antigua estructura descubierta hasta ahora de la civilización maya, que marca la transición entre un estilo de vida itinerante a uno más sedentario desde el año 950 antes de Cristo.
La arqueología tantea una nueva era tecnológica para su historia: Lidar, el sistema láser que permite escanear territorios a gran escala sin que la vegetación entorpezca la investigación. Este sistema ya fue clave en recientes prospecciones en Camboya. Ahora, en la frontera de México con Guatemala, el método "ha permitido completar en tres años el trabajo que normalmente hubiese llevado tres décadas", según los responsables de una campaña muy reveladora sobre los orígenes de la civilización maya. La imagenque todos nos imaginamos de un arqueólogo atravesando una selva con un machete ya es historia: un dron o un aeroplano pueden barrer el terreno, reconocer el subsuelo y localizar el punto exacto en el que hay que investigar.
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