Algunos de los fenómenos más calientes y energéticos del universo brillan intensamente en rayos X. Estudiar esa parte del espectro electromagnético no es una tarea fácil, pero los observatorios en el espacio han logrado esta hazaña en las últimas seis décadas.
Ahora, un telescopio espacial lanzado en julio de 2019 acaba de completar su primera encuesta. Durante meses, el telescopio eROSITA a bordo del observatorio espacial Spektr-RG ha estado escaneando todo el cielo, recolectando observaciones para el estudio más profundo de todo el cielo en longitudes de onda de rayos X.
El mapa es, sin duda, la vista de rayos X más profunda del universo, con más de 1 millón de objetos observados y duplicando sin ayuda el número de fuentes de rayos X que conocíamos. Las fuentes varían desde las coronas calientes de las estrellas cercanas hasta los agujeros negros supermasivos distantes en un frenesí de absorción.
Los cúmulos de galaxias del nuevo mapa se utilizarán para rastrear el crecimiento de las estructuras cósmicas y restringir los parámetros cosmológicos.
"Esta imagen de todo el cielo cambia por completo la forma en que vemos el universo energético", comentó Peter Predehl, astrónomo del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre y líder del trabajo. "Vemos una gran cantidad de detalles: la belleza de las imágenes es realmente impresionante".
El mapa muestra la estructura del gas caliente en la Vía Láctea y el medio circungaláctico, cuyas propiedades son clave para comprender la historia de la formación de nuestra galaxia. También revela estrellas con fuertes coronas calientes magnéticamente activas; estrellas binarias que contienen estrellas de neutrones, agujeros negros o enanas blancas; y espectaculares restos de supernovas en nuestras galaxias y en otras galaxias cercanas, como las Nubes de Magallanes.
Los rayos X son invisibles a simple vista, como las ondas de radio, de ahí que el cielo en rayos X se ve muy diferente de lo que vemos cuando miramos sobre nuestras cabezas por la noche. Además, y a diferencia de las ondas de radio, los rayos X están bloqueados principalmente por la atmósfera de la Tierra, por lo que la única forma en que podemos estudiarlos es enviando telescopios al espacio.