Gracias a las bacterias que albergan en su sistema digestivo, las larvas del escarabajo Zophobas atratus son capaces degradar el poliestireno, un plástico que tarda varios cientos de años en descomponerse por completo. Según los investigadores, la encima responsable del proceso podría ser usada en el futuro para el reciclaje del plástico.
Estas larvas son vendidas a menudo en tiendas de mascotas como alimento para peces, reptiles o anfibios. Además de un tamaño relativamente grande (aproximadamente de unos 5 centímetros de longitud) y un aspecto carnoso, científicos de Sociedad Americana de Química (ACS por sus siglas en inglés) han descubierto que estos poseen una nueva habilidad que los hace tremendamente especiales: pueden ingerir y degradar el poliestireno.
El poliestileno es un plástico empleado en envases, objetos desechables y materiales aislantes, que cuando se deposita en vertederos o se abandona en la naturaleza, tarda varios cientos de años en descomponerse por completo.
Así, avanzadas las investigaciones, los bioquímicos aislaron la cepa de la bacteria Pseudomonas aeruginosa del intestino de los gusanos demostrando que esta podía crecer directamente en la superficie del poliestireno y descomponerlo. También identificaron que esto era posible gracias a la identificación de la Serina hidrolasa, la encima responsable de la mayor parte de la biodegradación, y de la cual, los autores afirman que, o bien dicha encima, o bien la bacteria que la produce, podrían usarse en un futuro no muy lejano para ayudar a descomponer y reciclar el poliestireno residual.