La vida misma nos enseña el valor humano de los que menos tienen cuando deben dar lo que está en sus manos. Un ejemplo de esta premisa la hemos encontrado esta semana en los manteros del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes y la marca Top Manta, que han reconvertido su tienda del Raval de Barcelona en un taller de costura, donde han producido 5.200 unidades de batas, mascarillas y otros elementos de protección contra el coronavirus que han repartido en diversos hospitales catalanes.
Han llevado, concretamente, 2.520 batas a los hospitales de Granollers, Sant Celoni y Sabadell (Barcelona); 50 batas y 100 mascarillas al Centro de Atención Primaria del barrio de Sant Andreu, en la capital catalana, y cientos de batas y mascarillas a entidades y organizaciones sociales; según han informado el sindicato popular en un comunicado.
"Muchos de nosotros somos costureros y queremos aportar nuestro grano de arena para servir a la ciudadanía y ayudar la sanidad de este país", ha manifestad el portavoz del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, Aziz Faye, que ha explicado que el confinamiento está castigando especialmente al colectivo de los manteros, ya que dependen económicamente de la calle.
