Las instituciones de la UE defienden que la lucha contra el cambio climático esté en el centro de la recuperación pese a las presiones de algunos países e industrias.
Contaminación en el aire disipada, caídas históricas del efecto invernadero, ciudades en las que se oye incluso cantar a las aves... El confinamiento ha llevado a una mejora insólita de los indicadores medioambientales. Pero los especialistas dicen que es solo un espejismo ,"Lo que vendrá cuando la cuarentena termine puede ser aún peor que antes.". Las industrias más contaminantes (las vinculadas a los combustibles fósiles) están presionando a los Gobiernos para que rebajen o, incluso, suspendan políticas climáticas y controles medioambientales. En EE UU han encontrado en Donald Trump al oyente más receptivo y ya se han anulado controles federales; y China ha dejado entrever también que está dispuesta a suavizar sus políticas ambientales.
Europa también sufre esas presiones y hay países, como República Checa y Polonia, que defienden que se suspendan las políticas climáticas. Pero en la última semana ha ganado mucho peso en la UE la vía opuesta, la de una reconstrucción verde para salir de la crisis económica causada por la covid-19. La Comisión y el Parlamento europeos han ratificado que la digitalización y el Pacto Verde (la ruta que se había marcado Bruselas para erradicar los gases de efecto invernadero) deben estar en el centro del plan de recuperación que se prepara.