Se acerca la noche de la ‘lluvia de estrellas’ que este año tendrá un aliado para hacer más especial. Y es que la fase menguante en que se encuentra la Luna va a permitir este estas noches una observación óptima de las perseidas, conocidas como 'lágrimas de San Lorenzo'.
Aunque en realidad no son ‘estrellas ni lágrimas’ lo que llueve. Se trata de polvo y rocas residuales de un cometa (el Swift-Tuttle) que al colisionar con la atmósfera terrestre se convierten en 'bolas de fuego' y a una velocidad de hasta 50 kilómetros por segundo dibujan esos trazos luminosos que desencadenan uno de los espectáculos astronómicos más característicos de las noches de verano en el hemisferio norte.
Este fenómeno se prolonga hasta el final de agosto, pero la máxima actividad se registra cada año entre la noche de hoy y el próximo jueves, cuando esa lluvia puede llegar a ser de hasta unos 200 meteoros por hora. La mejor hora para observarlo serán las primeras horas de la noche, cuando el cielo estará más oscuro, antes de la salida de la luna, aunque el satélite no será este año un obstáculo mayúsculo por estar en una fase menguante.