La artesanía tradicional palmera lucha por su supervivencia el segundo jueves de cada mes, aprovechando la visita de cruceros, durante la muestra de artesanía de Santa Cruz de La Palma que busca poner en valor al producto y al artesano y que no se pierdan las tradiciones de la isla.
Esta muestra acoge quince puestos que pueden rotar cada mes según la disponibilidad de los artesanos, y en ella conviven desde los bordados tradicionales y trajes típicos o los instrumentos de percusión de madera, hasta artesanía “moderna” como artículos de macramé o ganchillo.
Todos los artesanos cuentan con su carné, emitido por el Cabildo insular, que acredita las artes manuales que trabajan y que avala la calidad de sus elaboraciones.
Teodora Martín, o “Tani”, como pide que se la llame, trabaja el oficio del bordado y los encajes y explica que “viene una y no vende nada” y detalla diferentes motivos, siendo el principal el precio del producto artesano: “La gente lo valora, sí, pero no lo paga”.
Tani agradece que se celebre esta muestra de artesanía para dar la oportunidad no solo a exponer sus productos, sino también a relacionarse con otros compañeros artesanos y ver sus trabajos, y lamenta que lleva dos años sin celebrarse la Feria Insular de Artesanía, que volverá en agosto de este año si la pandemia lo permite.
En la misma línea, cuenta Juana Cáceres, artesana de mimbrería invitada desde Tijarafe para participar en la muestra, que “las ventas son mínimas o ninguna, pero si te guías solo por eso te desanimas”.
Para Juana, la artesanía es la excusa perfecta para salir de su barrio donde tiene pocos vecinos y recorrer la isla en distintas muestras por los municipios, y considera su trabajo “casi un hobbie”.
Aun así, no quiere que se pierda su oficio y le gustaría que no solo los turistas sean los que aprecien sus productos.
Además de los artículos textiles, entre los puestos de esta muestra de artesanía destaca por su singularidad un puesto de instrumentos musicales de percusión, torneado de madera y carpintería tradicional, regentado por Isidro Pérez.
“Estos artículos triunfan más entre la gente de aquí”, explica Isidro, ya que vende instrumentos como las claves cubanas que son habituales en la fiesta de Los Indianos o pinzas de madera, utilizadas tradicionalmente y en la actualidad para la recogida de tunos.
“Antes traía diez o quince pinzas de madera y las vendía todas, ahora traigo una por tamaño y ahí están”, indica el carpintero.
El Concejal de Artesanía, Patrimonio y Cementerios del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, Manuel Garrido, expone que la corporación municipal apoya la muestra con infraestructura, cartelería y publicidad en redes y añade que se está negociando con compañías de cruceros para que incluyan la muestra como parte de sus rutas guiadas.
Garrido confía en que el buen tiempo favorezca el desarrollo de la muestra de artesanía, ya que las ediciones pasadas realizadas durante el otoño e invierno no gozaron de las condiciones actuales.
La isla de La Palma siempre ha tenido una fuerte tradición artesana, como el bordado o la fabricación de puros que ahora se enfrentan a una realidad que dificulta su supervivencia: el envejecimiento de los artesanos, la falta de dinamización y las tiendas de 'souvenir' han afectado a un sector que vive de la pasión de sus creadores.