Y volvió NatGeo📰 a por más queso palmero🧀🐐

Y volvió NatGeo📰 a por más queso palmero🧀🐐

Y le quedó gustando a National Geographic el sabor del auténtico queso palmero. Serán los paisajes de la isla, sus cielos o la gastronomía… pero lo cierto es que se ha quedado ‘prendado’ de la labor que se hace en la Isla Bonita para producir uno de los mejores quesos del mundo. Así, en su última publicación, NatGeo vuelve a mostrar al mundo los productos que elaboran las granjas de Los Tumbitos, Luna de Awara y La Candilera.

Queso palmero: el sabor más auténtico de La Palma. Un viaje a los orígenes de la isla canaria a través de la elaboración de su lácteo más preciado”. Este es el titular que encabeza la publicación que, sin duda, hará salivar a muchos paladares.

Arranca ‘de primera mano’ con Brenda Rodríguez, ya conocida para esta revista, junto a su granja de Los Tumbitos en Barlovento. De ella dice que “apenas le llegaban los pies al suelo al sentarse en la banqueta pero le encantaba pasar tiempo entre los animales. Las largas jornadas de trabajo en la granja empiezan, invariablemente, con el manto de estrellas sobre su cabeza, a las 5 de la mañana en verano y a las 4 en invierno. En el tiempo que transcurre hasta la puesta del sol, ordeña, elabora el queso, echa un ojo a las cabras pequeñas, limpia la granja, pastorea y atiende a sus dos hijas, además de presidir la Asociación de Criadores de Cabras de Raza Palmera y ser componente de la Mesa de la Mujer Rural. El ritmo baja un poco en septiembre y octubre, cuando las cabras están preñadas, un breve lapso en el que tomarse un respiro de cara a noviembre, cuando llegan a producirse hasta setenta partos diarios”.

Sigue presentándonos a Elena Arbelo y su quesería Luna de Awara en Garafía, explica cómo se adentró en este mundo al que llegó sin experiencia. “Cuando Elena se hizo cargo de la quesería, hace un año y medio, llegó la pandemia y se quedó viuda. Lejos de desanimarse, siguió adelante para tratar de hacer un producto de la mayor calidad posible” relatan. Su deseo: que sus quesos sepan a La Palma, a volcán, a la historia antigua de los pastores, a las cabras, que no son animales dóciles en absoluto. Para ello es fundamental que todo el forraje sea local.

Y la herencia y la tradición no pueden faltar. Ahí es el protagonista Moisés Carmona, de La Candilera, otro de los grandes defensores de que el paisaje sea parte del producto. “El queso tiene que mostrar lo que somos, nuestra tradición pastoril que viene de aquellos aborígenes que tenían en la cabra uno de sus principales sustentos, por la carne y por la leche. Mi trabajo consiste en conservar esa herencia y seguir elaborando de la manera más tradicional», explica el propietario de esta granja en Puntagorda. Moisés deja madurar la leche por un periodo de 24 horas y no prepara queso tierno, únicamente semicurado y curado. A partir de esos días de curación que me pide el semicurado, el queso empieza a expresar lo que le han transmitido las cabras” se puede leer.

Historias vinculadas a la ganadería palmera y a la producción quesera que sitúa a estos productos palmeros como uno de los mejores del mundo.

Aquí puedes leer el REPORTAJE COMPLETO DE NATIONAL GEOGRAPHIC.

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