(C) Van Marty
Se dice del pino canario que es capaz de resurgir de las cenizas al igual que un ave fénix e imágenes como ésta captada por el fotógrafo Van Marty lo demuestran. Es el mejor ejemplo del "milagro". Se trata de una cualidad que esta especie ha ganado gracias a las recurrentes erupciones volcánicas lográndose adaptar especialmente bien al fuego.
Los ejemplares con más años de edad son capaces de brotar nuevamente después de un incendio forestal; y de la negra corteza quemada volverán a aparecer brotes verdes y frescos.
Su tronco está cubierto de una corteza muy gruesa, que lo aísla del calor, evitando los primeros daños. Por otro, en caso de que ya sea demasiado tarde, cuentan con una gran capacidad de regeneración, que le permite rebrotar después de ser quemado.
En Garafía, municipio que el pasado mes de agosto se vio afectado por el incendio que calcinó 1.200 hectáreas, predomina el paisaje dominante del pino canario, con ejemplares especialmente grandes, cubiertos de líquenes. El fuego arrasó con todo lo que se encontró a su paso, dejando tras de sí un paisaje desolador para los vecinos del municipio norteño acostumbrados a ver el verde en sus montes.
Pero esos pinos volverán a resurgir y Garafía recuperará su verdor. Las cenizas que hoy cubren la tierra se irán y todo volverá a ser como antes. Ya lo hemos visto en otros incendios ocurridos en la isla anteriormente tanto en este municipio como en otros puntos de la isla. El último, el iniciado en El Paso en 2016, que arrasó con la zona de pinar de este municipio y la de Fuencaliente y Mazo. Hoy la zona vuelve a ser la misma y solo los palmeros que presenciamos las llamas recordamos lo que pasó.