Estar en cuarentena en La Palma, aunque no lo crean, tiene sus ventajas; sobre todo si eres, como cualquier palmero, goloso. La Isla Bonita tiene fama de contar con la repostería más sabrosa de Canarias y eso se nota en estos días en los que, entre tanta noticia negativa, “apetece un dulce”.
Ya habrá tiempo de preocuparse por la tripa (es evidente que en el caso del que suscribe nunca ha sido una preocupación). Además, teniendo en cuanta que este año no habrá, posiblemente, ‘operación bikini’, pues resulta que en estos días de confinamiento no falta almuerzo en familia en el que no caiga algo de azúcar, como buenos palmeros.
Y tenemos donde elegir. Antes eran nuestras abuelas las que nos engolosinaban y mantenían atados durante horas a la cocina de la que, como por arte de magia salían unos rosquetes o una rapadura. Ahora, esas recetas dejaron de elaborarse en casa; ahora se hacen en las pastelerías, dulcerías, reposterías, panaderías más tradicionales de La Palma, que las han heredado: Matilde Arroyo, Flor de Aridane, Taburiente… o en algunas de las nuevas apuestas de jóvenes que han querido seguir con la dulce tradición palmera, como sucede con Zulay.
Todas, las de antes y las de ahora, conscientes de la actual situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 y en un claro ejercicio de contención y apuesta de futuro, han querido seguir al servicio de su clientela, no en modo presencial, pero si en los domicilios, con la entrega puerta a puerta, online o a través de los canales de intermediarios como supermercados o estancos habituales en los pueblos de la Isla.
Lejos de ser un lujo para los palmeros el poder mantener en sus mesas el sabor de los dulces tradicionales, aquí la repostería, como ya saben los lectores, es parte de la idiosincracia. En cada célula del palmero hay posiblemente más azúcar que en ningún otro ser humano del Planeta. Tanto es así que aquí nació el que probablemente sea el dulce más calórico que se conoce, el Bienmesabe (almendras, huevo y azúcar), considerado uno de los mejores, si no el mejor, postre de la repostería de Canarias.
Ese postre, aunque ya se puede probar en todo el Archipiélago, está ligado a La Palma y a una repostera histórica que es medalla de Oro de Canarias (2009), Matilde Arroyo.
Sus herederos en estos días de cuarentena mantienen el tipo con mucho sacrificio, sirviendo a las establecimientos que forman el habitual canal de venta tanto dentro como fuera de la Isla, aunque hayan perdido temporalmente una de sus principales fuentes de ingresos, los restaurantes que hacían cola por servir sus afamados postres, cerrados mayoritariamente por la alarma sanitaria.
Nos cuentan que, con una reducción obligatoria acogidos a una Expediente de Regulación de Empleo mantienen la actividad produciendo casi todos sus productos tradicionales, entre los que se incluye también el Principe Alberto.
Otra de las grandes, Flor de Aridane, abiertos desde 1958 en Los Llanos (los actuales herederos del negocio familiar llevan trabajando desde 1986) han tenido que cambiar el chip para adaptarse a estos tiempos complejos. Entregas a domicilio han sustituido a la atención en la pastelería en La Carrilla, que era un punto habitual de procesión para los más golosos.
“Tras el confinamiento, empezó todo muy lento -nos cuentan- pero ahora sí que se ha incrementado la demanda, para lo que ha sido clave el ponernos al servicio de las viviendas”. También han tenido que reducir horarios, hacer un ERTE reducido, para salir adelante sin tener que tomar la medida más drástica, la de cerrar sus puertas. Con ello han conseguido mantenerse dos autónomos y tres empleados.
Luego están los jóvenes como Rubén y Brian Medina, hermanos de Fuencaliente que se han convertido en estos últimos años en una de las muchas sensaciones culinarias de La Palma, haciendo rebrotar tradicionales dulces del Sur de la Isla bajo el nombre de Zulay
En medio de la cuarentena, mantienen activos dos centros en Los Llanos y Fuencaliente, aguantando al personal y exprimiendo al máximo la imaginación. Han llegado a crear un sistema para venderte la receta de sus postres, dulces y bollería con los ingredientes en las medidas exactas para que “te los hagas tú en casa”… ¡Qué gozada! (disculpen el expresionismo del redactor una vez más). Incluso tienen su propia App en el móvil para pagos con TPV. Por facilidades que no sea.
Y como estos tres ejemplos, muchos más que pudieran formar parte de este reconocimiento al.. Paraíso de un goloso en cuarentena.