Una de las mejores cosas que tiene La Palma es que por mucho que la conozcas, siempre queda algo por conocer. Rincones secretos, solo conocidos por los ‘locales’, que se escapan muchas veces de la vista de los turistas. Están escondidos… y quizás sea para que encontrarlos sea aún más gratificante.
Es el caso del Puertito de Puntagorda, un espacio natural, con encanto rural, que cuenta con dos piscinas y zonas habilitadas para el baño. Sus majestuosos acantilados y las aguas cristalinas que bañan su costa hacen de este un lugar idóneo para relajarse y disfrutar de la paz y tranquilidad que ofrece este municipio; aunque también es un espacio escogido por los amantes del buceo y la pesca deportiva.
Un lugar costero totalmente diferente y totalmente alejado de los recorridos turísticos de masas. Para acceder a este antiguo embarcadero tendrás que bajar cerca de 500 escalones, entre casas y cuevas.
Acantilados de piedra, con sus vetas de colores, unido a su contraste con la amplitud de un océano que se extiende hacia el infinito… una experiencia que ofrece La Palma y que seguro enamora a quienes la viven, como seguro le ha pasado a Noemi Rodríguez, autora de estas impresionantes fotografías.