La Palma ‘se vende’ al resto del mundo como un destino diferenciado, alejado del turismo masificado de sol y playa que ofertan otras islas del Archipiélago. Ya solo su nombre, la Isla Bonita, hace ‘adivinar’ al visitante lo que aquí se va a encontrar… una belleza natural y única que no solo atrae a los amantes del senderismo sino también a los ‘cazadores de aventureras’ que quieren descubrir rincones ‘escondidos’ para quienes no los conocen. Porque La Palma es mucho más que lo que ‘se ve a simple vista’. Debajo de la superficie terrestre existe un mundo oculto formado por cuevas y grutas alejadas del ruido, espacios subterráneos y subacuáticos enigmáticos dónde las paredes parecen tener vida propia; escondidos en acantilados o lugares recónditos de la Cumbre.
Uno de esos mágicos lugares es la Cueva Bonita , ‘la cueva por excelencia de La Palma’. Incluso llegó a ser denominada por el arquitecto lanzaroteño César Manrique como “la Capilla Sixtina del Arte Moderno”. Debe su nombre a las luces que se crean en el interior cuando los últimos rayos del día entran en la misma por una de sus galerías. Dentro, es como estar en otra galaxia. Su interior parece tallado en mármol con matices azules, blancos y verdes.
La Cueva de la Luz es otro de esos enclaves que asombra por su singular belleza. Se encuentra en el municipio de Garafía y se trata de una bóveda natural semiesférica formada en las entrañas de una colada volcánica junto al mar. Su difícil acceso reserva esta cueva única a profesionales y expertos en espeleología ya que resulta muy peligrosa si te aventuras sin experiencia.
Si vas a Puntallana, un punto obligatorio es la playa de Nogales. Y junto a ella, se encuentra otro de los tesoros subterráneos de la Isla Bonita. En el interior de un cono volcánico, se localiza la Cueva del Infierno. En la oscuridad de esta cavidad, a 15 metros bajo el nivel del mar, su entorno y tonalidades nos trasporta a un rincón mágico y sorprendente que te dejará impresionado.
Aunque no solo el mar y los acantilados esconden estas cuevas. En el corazón de La Palma se esconde otro paisaje único y de extrema belleza. El Bosque de Los Tilos es capaz de transportarnos a otro mundo, de hacernos perder en un paraíso natural. Es toda una explosión de biodiversidad y verdor que enamora a primera vista. Una jungla inofensiva y tranquila en la que abundan musgos, silencio y olor a hojarasca fresca. Los Tilos es uno de los pocos reductos mundiales de laurisilva, un bosque primitivo y frondoso de árboles de hoja ancha que hace millones de años abundaba en el planeta. Por ello, fue declarado Reserva de la Biosfera de la Unesco en 2002, una protección que hoy engloba a toda la isla de La Palma.
Y los amantes de la espeleología, aparte de la Cueva de la Luz, tienen otro punto de 'parada obligatoria' en la Isla Bonita. Se trata del tubo volcánico Cueva de Las Palomas. Un monumento natural perteneciente a la Red Natura 2000, ubicado en el barrio de Las Manchas. Se formó tras la erupción del volcán de San Juan en el año 1949. Se trata de una galería de unos tres metros de anchura y poco más de 500 metros de profundidad, en la que habitan varios tipos de invertebrados muy adaptados a la vida en oscuridad.
Lugares que hacen de La Palma un lugar 'aún más bonito' e interesante. Que ofrece numerosas alternativas que hacen que quienes la visitan tengan opciones de ocio ya sean amantes del senderismo y del mar o apasionados de la aventura.