Una calle de Tazacorte se ha convertido, poco a poco, en un espacio de intercambio de libros a través de los arboles o arbustos que decoran la vía pública. En cada tronco se incrustan obras literarias diversas al servicio del transeúnte, del vecino, del amante de la lectura. La idea es “te llevas uno... deja uno”.
Realmente la iniciativa surgió de manos de un vecino de la zona y ha sido un aliciente incluso para la comunidad germana que poco a poco ha poblado las casonas antiguas del casco histórico de Tazacorte. En uno de sus puntos de encuentros preferidos, la calle Fernández de la Guerra, en donde se ubica La Ferretería (que en estos días ha permanecido cerrada por el estado de alarma). Un cafe, un desayuno, un libro... y vuelta al depósito arbóreo.
Los arbustos de la zona, en la fachada de la Floristería Trébol, ofrecen a diario esos libros gratuitos.. en español, en alemán o en ingles; depende del depositario.
En realidad resulta novedoso aquí, pero es un formato muy germano. En Berlín (Alemania), por ejemplo, en plena calle Prenzlauer Berg, se levantó un hermoso bosque, para agrado de los amantes de la lectura. El proyecto, titulado «Un Bosque de Libros» fue desarrollado por BauFachFrau, como una iniciativa reconocida por los programas oficiales de la UNESCO «Educación para desarrollo sustentable».
La idea era apropiarse del espacio urbano para instalar estos «dispensadores» para que la gente intercambie sus libros ya leídos, por otros de su interés. Algo así como un trueque de libros, pero sin ver ni conocer a la persona de quien se recibe el libro, ni tampoco a la siguiente que será su dueña. Este sistema se llama Bookcrossing y funciona en todo el mundo desde hace años.
Los Berlineses quisieron innovar en el modo como se dejaban los libros, e idearon esta suerte de biblioteca-árbol que, además de ser muy original y llamativa, es ecológica al usar los troncos de árboles caídos, en vez de plástico, madera procesada u otro material.
Ya sabe, aunque un libro nunca sobra, si le apetece facilitar la lectura a otras personas... encuentre su huevo en la calle donde los libros “crecen” en los árboles. Incluso mejor, cree su propio espacio en una calle de su pueblo.